Comencé tarde en esto de la pintura, a los treinta y tantos..., con temor a lo desconocido pero ansioso por explotar un talento en pañales guardado desde la infancia. Aprendí por instinto, observando y admirando a los grandes y pequeños creadores. Me rehusé, hasta ahora, a las modas disfrazadas de modernismos, pero rescatando y valorando a quienes rompieron con los esquemas, a los que marcaron tendencia con talento e imaginación. Conocí el ambiente del arte, tanto al que lo admira como al que lo promueve, al que critica y al que compra. Es difícil y da mas penas que alegrías, pero uno se olvida de todo cuando da a luz una nueva creación. En el año 2003 dejé los pinceles para dedicarme a otra actividad, siempre con la idea de recomenzar algún día. A finales del 2014 desempolvé mi caja de materiales, algunos en buen estado, otros ya no. Fue en ese instante en que me di cuenta que muchas cosas habían cambiado, ya casi no hay una relación de persona a persona, el internet nos ha quitado ese gusto de estrechar la mano a quien comenta una obra, ahora se puede llegar a donde nunca me imaginé años atrás, a una cantidad de personas que nunca vi en una sala de exposición, las redes invaden para bien y para mal el mundo entero. Mientras tanto seguiré pintando y espero terminar mis días haciendo lo que me gusta.